Gustavo Santana ¡Hola a todos los lectores y amantes del mundo del marketing y los negocios! Hoy quiero compartir con ustedes un capítulo memorable de mi carrera, un momento en el que me sumergí en las aguas de la inversión publicitaria y ayudé a la marca Pond’s a alcanzar nuevas alturas. Esta historia se teje con aprendizaje, desafíos emocionantes y un resultado que aún me llena de orgullo.
El escenario estaba listo: era un recién egresado de la universidad, lleno de entusiasmo y sed de poner en práctica lo que había aprendido. Pond’s, una marca icónica, estaba en mi camino. En aquel entonces, el panorama publicitario estaba dominado por la televisión, y las grandes marcas destinaban una parte significativa de sus presupuestos a la publicidad en este medio. Pond’s no era la excepción, y como otros, confiaba en la principal televisora de la época, Televisa, para llevar su mensaje a millones de hogares.
Mi tarea era clara: gestionar la inversión publicitaria de Pond’s, optimizando cada centavo para lograr un alcance máximo y dirigirnos al público adecuado. Un desafío emocionante que me exigiría tomar decisiones estratégicas que impactarían directamente en el éxito de la marca.
El reto más grande estaba en invertir el 100% del presupuesto comprometido en los programas de televisión con mayor rating, es decir, aquellos que se alinearan perfectamente con el público objetivo de Pond’s. No solo se trataba de una cuestión financiera, sino de una coreografía precisa entre los valores de la marca y el contenido que resonaría con la audiencia.
Con apenas 23 años de edad y muchas expectativas puestas en mí, me sumergí en esta misión. Fue un proceso lleno de análisis, estudio de audiencias, investigación de programas y toma de decisiones calculadas. Cada elección tenía un peso en la inversión y en el impacto que tendría en la audiencia.
Al final del período de inversión, el resultado fue verdaderamente excepcional. Logré una eficiencia del 99.6% de la inversión, lo que significa que cada peso invertido rindió frutos asombrosos. Pero más allá de los números, lo que realmente me llenó de satisfacción fue el alto alcance de ratings que logramos, lo que se tradujo en una audiencia que conectó genuinamente con la marca.
Mirando hacia atrás en aquel momento, puedo decir que este logro me enorgullece hasta el día de hoy. Demostré que con determinación, análisis profundo y un toque de intuición, incluso un joven recién salido de la universidad puede marcar una diferencia significativa en el mundo empresarial.
Esta historia es un testimonio de cómo las oportunidades pueden llegar en cualquier etapa de nuestra vida y cómo enfrentar los desafíos con pasión y dedicación puede llevarnos a resultados que nunca imaginamos. Agradezco a Scali McCabe Sloves, la primera agencia de publicidad para la que trabajé, a la marca Pond’s por confiar en mí y, por su puesto, a mi joven yo por no dudar en enfrentar este emocionante desafío.
¡Hasta la próxima historia de éxito y aprendizaje en el mundo empresarial!
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